Decálogo del recolector de hongos y setas
Entra el otoño y los amantes de la naturaleza empezamos a oir a nuestro alrededor esa frase ... "Nos vamos de setas???". Probablemente tu entorno más cercano te ofrezca la posibilidad de disfrutar de diveras posibilidades de ocio y diversión, y somos muchos los que nos acercamos a nuestros montes, praderas o cañadas para disfrutar de una de las actividades ancestrales del medio rural más peculiares, atractivas, y porqué no decirlo, rentables, la búsqueda y recolección de setas y hongos.
Desde el punto de vista ecológico, estos seres vivos son fundamentales en el ciclo biológico vegetal puesto que, básicamente, son los responsables de la degradación de la materia orgánica, constituyendo su extinción un desastre para la comunidad de nuestros ecosistemas. Determinadas condiciones climatológicas de luz, humedad y temperatura propician su aparición en determinadas épocas del año (preferentemente otoño y primavera). Su estacionalidad y escasez hacen de su búsqueda un momento divertido, ameno y, por que no decirlo, mágico. Muchos recordamos los momentos de ciertas excursiones con amigos o familiares en los que, con independencia de lo recolectado, la diversión y el aprendizaje al estar en contacto con la Naturaleza está garantizado.
Su práctica para venta o para consumo propio, cada vez más frecuente, debe estar aparejada de una serie de profundos conocimientos en los que no se pretende entrar en este artículo si bien, al menos, nuestra responsabilidad debe canalizarse por seguir unas reglas de juego indispensables para poder seguir disfrutando de esta actividad sin agotar los recursos naturales, garantizando su presencia en el futuro. Esto se conseguirá si conocemos algo de la forma de vida de nuestros hongos o setas y respetamos escrupulosamente la Naturaleza.
Con el fin de poder disfrutar de una jornada micológica con garantías y realizar prácticas responsables propongo un DECÁLOGO de medidas que todo recolector debe tener en consideración:
DESDE EL PUNTO DE VISTA AL RESPETO DEL ENTORNO
1.- NO PISOTEES NI ROMPAS LAS SETAS
Todas ellas, comestibles o no, constituyen un valor imprescindible en el funcionamiento de nuestros ecosistemas, por ello si no la vas a coger no la toques. ES MUY PERJUDICIAL utilizar un rastrillo o bastón (desgraciadamente muy habitual en nuestro montes) para remover o levantar la hojarasca puesto que se rompe la estructura del suelo donde se asienta el micelio, parte fundamental del hongo que reside en el suelo. Recoge solamente aquella que asome y que veas a simple vista. Si quieres, puedes fotografiar todas, de esta manera tendrás una referencia gráfica para siempre, incluso podrás catalogarla con una buena guía.
2.- RECOLECTA SOLAMENTE LO QUE VAYAS A CONSUMIR
Las setas son el aparato reproductor, liberan esporas que contribuirán al mantenimiento y desarrollo de la especie. Por ello, debemos huir de recogidas abusivas puesto que no es un recurso ilimitado y su sobreexplotación puede llevar a la desaparición.
3.- RECOLECCION RESPONSABLE
Como norma general utiliza una navaja para su recogida, dejando la base del pie en el suelo. Tápala con hojarasca o tierra de alrededor, protegerás el micelio (parte radicular que reside en el suelo) para el futuro, evitando así su desecación o congelación.
Cada CCAA e incluso Ayuntamiento puede tener Leyes y normas específicas al respecto. No salgas al campo sin antes informarte dónde y cómo puedes recoger setas. En algunas CCAA ya existe la obligación de obtener un carnet de recolector de setas.
DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA SEGURIDAD
4.- NO CONSUMIR SETAS DE DUDOSA IDENTIDAD
Solo la exacta identificación del ejemplar puede garantizar su consumo. Es, desgraciadamente, habitual escuchar noticias sobre muertes o intoxicaciones muy graves en épocas de recolección, simplemente por errores de identificación. Por ello, confía exclusivamente en personal cualificado o recolecta las especies que conozcas perfectamente. No existen reglas generales para la determinación de la especie, huye de cualquier consejo al respecto si no viene de un profesional.
5.- RECOLECTAR SETAS NI MUY JOVENES Y MUY VIEJAS
Una misma especie puede tener una forma y estructura muy diferente a lo largo de su crecimiento. Recoge solamente aquellas de mediano tamaño para tener claro que todas sus características son visibles y no se pasa ningún detalle por alto. Las jóvenes probablemente no hayan desarrollado todos sus detalles morfológicos y las muy viejas podrían tener componentes tóxicos que pueden peligrar en su ingesta.
6.- CONOCER LAS SETAS TÓXICAS Y MORTALES DE NUESTRO ENTORNO
Debemos extremar las precauciones ante ejemplares que no conocemos, sabiendo que existen especies muy venenosas. Insistimos en que debemos conocer exactamente las setas peligrosas de nuestro entorno para no confundirlas con otras comestibles. Si quisiéramos transportar un ejemplar para consultar su procedencia no se deben mezclar con otras comestibles. El contacto podría contaminar la seta venenosa a la comestible. Una práctica muy recomendable es apartar de ser cocinado algún ejemplar para que, llegado el caso de intoxicación, pudiéramos mostrar a los servicios médicos la procedencia del tóxico y determinar un tratamiento de forma mucho más rápida y eficaz.
DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA CALIDAD
7.- PRECAUCION EN DÍAS LLUVIOSOS
Las setas muy lavadas tras la lluvia pueden cambiar de color y textura, dificultando la identificación del ejemplar. Si bien la lluvia es indispensable para el desarrollo de las setas, huye de la recolección en días muy lluviosos.
8.- SALUBRIDAD DE LOS EJEMPLARES
Recoge ejemplares completamente sanos y vigorosos, sin roturas, mordeduras o infecciones. Aunque estén parcialmente afectados podrán realizar su función reproductora en la naturaleza y en ningún caso lo harán en nuestra sartén o guiso. Especial atención a setas cercanas a cunetas de carreteras o zonas contaminada ya que pueden acumular sustancias tóxicas inapreciables al ojo humano.
9.- TRANSPORTE
Es fundamental transportar las setas y hongos recolectados en un elemento permeable, que permita el paso del aire y por tanto de las esporas. Es ideal el uso de cestas de mimbre o pequeñas cajas que permiten "respirar" a nuestra recolección. Si colocamos cada seta en su posición natural, con las laminillas mirando al suelo, podremos seguir cumpliendo su función reproductora mientras paseamos por el bosque. Nunca utilicemos bolsas de plástico ni otro material impermeable que no permita el paso de las esporas, estaríamos perdiendo una oportunidad única de facilitar su expansión y reproducción. ES UNA MALA PRÁCTICA !!!. Si ves a alguien con esa bolsa infórmale sobre esta circunstancia.
10.- CONCLUSION. RESPETO A LA NATURALEZA Y SENTIDO COMUN
Solamente el respeto a la Naturaleza, las prácticas sostenibles de uso y aprovechamiento y el cuidado en el desarrollo de nuestros ECOSISTEMAS URBANOS podrá evitar un impacto aun mayor, e incluso irreversible sobre nuestros paisajes, nuestros campos y bosques. Es tu responsabilidad CUIDALOS !!!!!